Transformación e innovación, lecciones de una pandemia para un sector tradicional como el nuestro.

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• Nunca creímos que fuera posible parar un planeta entero, detener el tiempo, las economías, la industria, los puertos, los vuelos, en fin, todo. Pero tampoco creímos que fuera posible cambiar la forma como hemos hecho las cosas siempre, y hoy lo estamos haciendo.
• La nueva normalidad llegó y la estamos viendo evolucionar cada día. Adaptarnos a los nuevos parámetros no es suficiente, es hora de realmente transformar lo que por años pospusimos y hoy se muestra como la única opción para salir adelante.
• Tres lecciones de una pandemia y ocho aprendizajes que nos harán más fuertes.

La pandemia generada por el Covid-19 vino a frenar el ritmo de todos, a obligarnos a reflexionar sobre lo que no valoramos del día a día, porque todo se nos había hecho cotidiano. Somos una constructora, y para nosotros era impensable parar las obras, cerrar las salas de negocios, enviar a los colaboradores a la casa y aislarnos. Pero lo hicimos, sin embargo, no nos quedamos expectantes a ver cómo el Gobierno Nacional solucionaba. Con la poca experiencia que teníamos frente al teletrabajo activamos a todas nuestras áreas administrativas, quienes desde el 16 de marzo fecha en la que inició el confinamiento en nuestra empresa entendieron rápidamente esta modalidad y fueron los mismos colaboradores quienes nos fueron guiando, y llegó la primera lección, es viable, posible y necesario abrir el camino a nuevas formas de trabajar, por ello para Contex el teletrabajo llegó para quedarse.

Pero la pandemia aún nos quería mostrar mucho más, y lo seguirá haciendo por varios meses, quizás años, es hora de pensar el impacto y las consecuencias de nuestras decisiones a nivel mundial, estamos más conectados que nunca, segunda lección.

Es por ello que, en lo primero que pensamos cuando inició la pandemia fue, cómo seguir siendo sostenibles a pesar de la emergencia para lograr la seguridad de nuestros colaboradores, proveedores, contratistas, clientes y sus familias, y allí entendimos por primera vez algo de lo que estábamos convencidos desde hace 2 años cuando empezamos a fortalecer los medios digitales como canales de venta, la vivienda al igual que otros bienes y servicios puede ser vendida a través de medios alternativos como los virtuales, pero para ello debemos transformarnos de adentro hacia afuera y realmente entender que nuestro consumidor no es el mismo de antes, y no lo será después de esto, al parecer muchos otros sectores ya habían comprendido esta premisa y se activaron rápidamente, mientras nosotros apenas empezamos a despertar. Tercera lección.

Pero ahí no paran, ni pararán los aprendizajes que nos dejará el Covid-19, en este ejercicio diario de  planear, revisar y repensar nuevamente nuestro actuar, porque la emergencia nos ha hecho inmediatos y estratégicos al mismo tiempo, nos hemos dado a la tarea de crear una nueva hoja de ruta que se transforma cada día sin perder el norte, un documento vivo en el que recogemos frecuentemente esos aprendizajes que queremos compartirles porque estamos seguros que serán de gran utilidad para nuestros colegas del sector:

• Tendremos cuanto antes que dar prioridad a lo digital sin perder lo social, generando nuevas alternativas para que los compradores conozcan nuestros productos y tomen decisiones desde la comodidad de su casa. Pero para lograrlo, la transformación debe ir más allá de las herramientas digitales y su uso. Realmente debe nacer del entendimiento permanente, la investigación de las tendencias y acompañamiento a un consumidor que está, al igual que cada uno de nosotros, cambiando constantemente.

• La emergencia nos llevó a todos a pensar en cómo ayudar a otros, y si nuestros clientes son nuestra razón de ser, por qué no ayudarlos también en estos momentos inciertos. Tomamos un riesgo como empresa para facilitar la compra de vivienda a muchas personas que tienen los recursos y que este es un sueño muy anhelado, pero que temen que sus condiciones cambien sin previo aviso. Los resultados hoy nos muestran que podemos ser mucho más flexibles en las formas de pago, plazos y en el proceso de compra de una vivienda. Hacer negocios de una forma más solidaria, accesible y sin letra pequeña o temidas penalidades; este será cada vez más un valor agregado que demandarán nuestros clientes.

• Y si de innovar e ir un paso más allá se trata y nos empuja esta emergencia, tendremos que creerle al poder del mercadeo y la comunicación, y diferenciarlo de la publicidad, pues ya no bastan nuestros renders, vallas y avisos, ahora las personas piden marcas comprometidas con un propósito, transparentes y sostenibles, que conozcan y se acerquen a sus usuarios, que hablen de lo que les motiva como marca, que se sientan humanas e inclusive vulnerables frente al error. Marcas accesibles desde su discurso y su actitud.

• La planeación es importante para saber hacia dónde queremos llegar, pero debemos flexibilizar nuestros procesos y empoderar a los líderes para tomar riesgos y decisiones difíciles cuando las condiciones cambian o el plan falla, aplicando nuevos modelos de liderazgo que permitan que la productividad del trabajo en casa los engrandezca. Es hora de realmente medir a nuestra gente por metas grandes y ambiciosas, no por hora hombre sentado en la oficina.

• Debemos empezar a movilizarnos y retarnos mucho más frente a la innovación y la adopción de la tecnología en todos los frentes de la construcción, pues es claro que los negocios que no consideren innovar después de esta crisis están condenados a desaparecer.

• Las TICs deben fortalecerse para potenciar el trabajo en casa. Es un beneficio de mutua reciprocidad, tanto para el empleador como para los colaboradores, además del enorme impacto que trae para la ciudad disminuir el número de viajes y personas que a diario deben llegar a sus oficinas a hacer muchas tareas que, desde la casa, gracias a la tecnología pueden hacer sin ningún problema. Pero como empleadores no podemos perder la cercanía, ellos desde su casa hacen parte de un propósito común por el que deben vibrar día a día.

• Valoraremos mucho más el tiempo y en qué lo invertiremos. Es por esto que el Estado debe apoyar al sector privado a disminuir el número trámites y horas presenciales en diferentes entidades para cumplir con todos los requisitos legales, debemos pensar en soluciones digitales que hagan fácil y seguras las transacciones, así como lo hace la banca, para evitar el desgaste de las empresas y sus clientes en diligencias que nos quitan tiempo vital para disfrutar lo que hoy tanto añoramos.
• La solidaridad se presenta como un valor atemporal y universal, hoy hay personas que quieren ayudar a otros sin esperar nada a cambio, vemos una banca flexible, dispuesta a todo por los colombianos, un gobierno que en medio de la contingencia trae ideas novedosas y prácticas, empresarios que sin miedo a sacrificar su margen proponen soluciones para sus colaboradores y clientes, y nuevos compradores que en medio de esta incertidumbre dicen sí a su sueño de tener vivienda.

Sigamos como sector co-creando, eliminemos la palabra competencia, hoy más que nunca debemos buscar y propender el mismo objetivo juntos, para que nuestro sector, a pensar de la emergencia logre recuperarse y salir aún más fortalecido para este nuevo consumidor que nos demandará ser empresarios socialmente responsables, digitalmente cercanos y como siempre, muy buenos constructores.